domingo, 3 de febrero de 2008

Pliego Anotado por la Empresa

Dado que Fuentetaja no tiene medios adecuados de difusión de información (que a ver si espabilan y acceden plenamente a la red -con sus webs, blogs, foros...- que ya va siendo hora), nos vemos en la obligación moral de colgar las siguientes anotaciones que han hecho a nuestro Pliego de Razones. La distribución del documento se ha realizado, como si de un folleto ilegal se tratara (la memoría se enquista a veces como nostalgia), bajo cuerda, ofreciéndolo tan sólo a los "clientes de confianza". Teniendo en cuenta que el texto contiene todas las razones que han argumentado hasta la fecha en nuestra contra, afortunadamente para la dirección de la librería una de las copias llegó a nuestras manos y aquí la publicamos, tal cual, sin comentarios, aditivos o colorantes.
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Nuestro criterio de edición se ha reducido a una somera corrección ortográfica y sintáctica. Las anotaciones de la empresa están resaltadas en negrita y rojo. Cuesta, lo podemos asegurar, contener nuestras, a veces réplicas, a veces risas, pero...:
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HUELGA EN FUENTETAJA
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Estimados clientes y amigos,
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Debido a nuestro desacuerdo y disconformida con las medidas regulativas propuestas hasta el momento (especialmente en las últimas fechas) los abajo firmantes - trabajadores de Fuentetaja-, declaran su intención de comenzar una convocatoria de huelga para la cual establecen el siguiente pliego de razones:

Desde hace 8 años, (La mitad de los firmantes no estaban en la librería entonces. De hecho los señores Juan Sebastián Cárdenas y Carlos García Simón apenas llevan unos meses en esta casa) momento en el que Pedro Pablo Mansilla llegó a Fuentetaja en calidad de copropietario, y pese a las constantes promesas, (Nunca se ha efectuado promesa alguna relativa a subidas salariales. Sin embargo, sí se comprometió en el mismo momento que se hizo cargo de la dirección y gestión de la librería, a intentar conservarla a flote y mantener los puestos de trabajo, sobre todo los de aquellos trabajadores que llevan más de 30 años en la empresa) todos los trabajadores (sin excepción) han sufrido una congelación salarial que se mantiene hasta la fecha. (No ha existido congelación salarial, sino que las subidas establecidas por ley, las recogidas en los convenios del sector, así como los incrementos del IPC, han sido soportadas por las mejoras voluntarias efectuadas en las retribuciones de todos los trabajadores, que históricamente había hecho la librería sin obligación legal alguna cuando la situación del sector era más boyante y que se ha mantenido a lo largo del tiempo incluso en periodos de crisis) Esto, unido a las numerosas deficiencias en el funcionamiento interno de la tienda, (El funcionamiento de la librería es responsabilidad de los propietarios, pero en una empresa en que la mayoría de los empleados llevan más de 30 años, exceptuando los dos que se han puesto en huelga y que llevan más de 10, puede decirse que la mayoría de las decisiones de gestión han sido consensuadas y guiadas por un instinto básico de supervivencia. Luego es razonable pensar que las deficiencias que pudiera haber pudieran serles atribuidas alguna parte alícuota a quienes ahora se declaran inocentes de toda culpa) fue lo que llevó a algunos trabajadores (algunos no, a sólo dos trabajadores: Amelia Gómez Escolar e Íñigo Jáuregui Eguía) a reivindicar sin más demora una revisión salarial justa, acorde con las funciones desempeñadas y el peso específico de cada trabajador. (esta afirmación encierrra un explícito desprecio por el resto de los compañeros, que según los convocantes no deben tener "peso específico. Afortunadamente, tienen categoría laboral, que es lo que se requiere en una relación contractual, y responsabilidad, que es lo que es preciso en una relación profesional con los propietarios, el gerente y los compañeros).
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Naturalmente, y debe hacerse notar, nos alegra el hecho de que una parte significativa de la plantilla, pese a no haber emprendido acción alguna para reivindicar estos derechos, (Esta afirmación es falsa, pero sobre todo injusta. Los trabajadores encabezados por el delegado sindical y por el gerente han estudiado durante meses la situación y las posibilidades económicas para tratar de encajar una subida salarial máxima soportable por la actividad de la librería, nada complaciente y sí rigurosa, y con la mirada puesta en el mantenimiento de la empresa y de los salarios) se haya visto finalmente favorecida por una subida de un 10% (No hay empresa del sector que haya planteado una subida similar cuando las noticias más frecuentes son las del cierre de las librerías por acumulación de pérdidas. Minimizar, cuando no despreciar -"consideramos ridículo"- este esfuerzo es de una irresponsabilidad manifiesta, sólo compatible con intereses no declarados) (complacientemente aceptada), incremento que consideramos ridículo (teniendo en cuenta la cantidad base desde la que se hace ese aumento (La cantidad económica de que se parte está muy por encima de lo que establecen los convenios, razón por la cual se ha podido aplicar las subidas del IPC en el marco de las mejoras voluntarias. Por tanto, el punto de partida es mucho mejor que en la mayoría de las tiendas de venta al detalle, incluidas las grandes superficies) y que -además de servir como elemento de coacción- (¿Desde cuando una subida salarial puede considerarse como una coacción? ¡Qué todas las coacciones que tengan que sufrir los trabajadores en el mundo laboral sean incrementos del 10%!) apenas ayuda a paliar la pérdida de poder adquisitivo desatendida durante años, y a buen seguro mayor de lo ofrecido y casi impuesto por la empresa. (Falso: La empresa ofreció una subida del 4% y una compensación por los años de dedicación a la empresa de otro 4%. Pero el delegado sindical optó por incorporar a todos los trabajadores a la subida del 4% desvinculando del tiempo en esta librería. Por tanto, una subida sin tener en cuanta la antigüedad del 8%. Fue Fuentetaja quien posteriormente quiso premiar la actitud de los veteranos ofreciéndoles adicionalmente un 2%. Así, la negociación quedo del siguiente modo: un 8% a todos los trabajadores, y un 10% para aquellos trabajadores con más de 30 años de antigüedad en la casa). Obviamente, dicha propuesta por parte de la empresa en ningún caso resuelve las numerosas deficiencias estructurales de la librería. (Al día de hoy nos preguntamos qué tienen que ver "las deficiencias estructirales" con la negociación salarial).
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Durante los últimos años se ha esgrimido como excusa que la librería no da beneficios. (Esto no es una excusa, sino un dato objetivo, como facilmente puede comprobarse con las contabilidades presentadas en el Registro Mercantil y Hacienda. Y más allá de nuestros resultados específicos, se puede comprobar este extremo con un rápido repaso al número de librerías ue han cerrado en Madrid -más de 400 en los últimos cinco años). De hecho, la inexistencia de estructura de trabajo alguna en Fuentetaja, difícilmente ayuda a tal propósito. Tras los seis primeros meses transcurridos desde la reapertura en su nuevo emplazamiento, (Fuentetaja pudo despedir a todos los trabajadores sin coste alguno como consecuancia del cierre instado por el Ayuntamiento a consecuencia del deficiente estado del edificio histórico donde estaba enclavada. Lejos de ello y comprometido con el futuro de una librería mítica en Madrid y con el bienestar y con el bienestar y seguridad de sus trabajadores hicimos un translado en un tiempo record y durante todo ese tiempo no dejamos de pagar ni un solo mes las nóminas. Es más repartimos algunas gratificaciones como compensación por el esfuerzo realizado en los días de translado) los anaqueles siguen vacíos en numerosas secciones y departamentos, inexplicablemente se pospone la creación de una página web, funcional y estructurada desde un punto de vista comercial, la dirección no pone medios ni atiende con el debido interés los pedidos (institucionales y de clientes particulares) de modo que sean servidos eficazmente, una tercera parte del espacio de la librería está inutilizado (i.e. el sótano –con una “gélida” sección de ofertas- o lo que se supone una cafetería –también fantasmal y hasta ahora inactiva-). Por no mencionar también las cuestiones más generales, pero imprescindibles en el día a día de cualquier librería que se precie: no se vigila el fondo de librería y no existe un concepto rector de librería definido. (Podríamos contestar todas y cada una de las alegres afirmaciones relativas la funcionamiento de la librería, pero creemos que no corresponde a los dos huelguistas ni es propio de este medio apra tratarlas. Son asuntos complicados y difíciles para tratarlos tan frívolamente. De ser tan evidentes e inmediatas las soluciones no se habrían cerrado tantísimas tiendas regidas por meritorios libreros. Sólo diremos que causa estupor que quieran enseñar a vender libros a Jesús Ayuso, librero de libreros durante más de 50 años, con una trayecoria reconocida con la Gran Cruz al Mérito del Trabajo. O a Alfonso Otero, encargado, con más de 42 años de experiencia en esta casa, y es resto de los compañeros. Sencillamente cosideramos estas palabras la declaración vacía e iconsciente de quien no tiene conocimiento ni experiencia suficiente: además, los conocimientos -muchos o pocos- que exiben sobre libros lo han aprendido en esta "negligente" librería).
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Nos encontramos así, y continuando con lo anterior, en una sorprendente situación en la que de algún modo se nos transmite y exige “pasividad y conformismo”, al tiempo que tanto la directivas como los encargados, en una evidente muestra de negligencia, no hacen nada para elevar las ventas de la tienda o una mejor y más frecuente consideración de nuestra librería. Curiosamente además, se nos pide también respeto al nombre de la librería, cuando precisamente ellos mismos (directiva y encargados), lapidan dicho prestigio y el legado de una profesión subestimando a sus libreros, al tratarlos como dependientes sin ninguna calificación. (Muchos adjetivos descalificatorios dedican a quienes mantienen abierta la librería más antigua y con más prestigio de la capital de España. Éxito debido, por supuesto, en gran parte a sus libreros. A todos, y no sólo a aquellos que menos tiempo llevan en esta casa. Es una arrogancia pensar que son sólo ellos los guardianes de la esencias de Fuentetaja, y no el conjunto formado por la personalidad de su fundador, los 50 años de historia, su comprometida actitud por los libros y la cultura, sus incansables clientes, la plantilla en pleno (la presente y la que nos ha ido dejando a lo largo de su prologanda existencia) y no sólo a los dos libreros de "peso específico").
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Por todo lo anterior, por la incapacidad en la gestión, así como por las remotas posibilidades de mejora a tenor de lo anteriormente manifestado, rechazamos la propuesta de una mejora salarial dependiente de las ganancias de la librería, (la confianza en sus propuestas de reformas se resumen en el rechazo a una retribución variable, tan común en le sector económico de la venta al pormenor, que consitía en repartir a 50% los beneficios de la librería cuando las ventas de la tienda se incrementaran en a 700 euros al día en el promedio mensual) toda vez que es ínfimo el progreso interno en este aspecto y poco o nada lo que se puede esperar desde la propia directiva que no sea perpetuar la congelación que hemos sufrido durante ocho años.
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Finalmente, consideramos muy relevante comunicar que el cumplimento de nuestro legítimo derecho a huelga ha costado ya un primer despido: el de nuestro compañero Carlos García Simón (Este señor llevaba apenas unos meses en la librería y le parecía bien la subida que se le proponía con el cambio de categoría, pero se negó a trabajar por una pretendida e ingenua solidaridad con los dos huelguistas, que ya mantenian una baja actividad (de brazos caidos, según ellos mismos declaraban), en una preparación espúrea de huelga. Aún así, se le ofreció la posibilidad de quedarse. Sin embargo optó libremente por firmar el Finiquito y llevarse más de 2.000 euros por su excaso periodo de vinculación con Fuentetaja. A propósito del otro firmante del papel, Juan Sebasíán Cárdenas, debemos simplemente decir que no es trabajador de la empesa por voluntad propia con anterioridad a la convocatoria de la huelga). A todas luces, se trata de una represión aún más intolerable viniendo de una librería de reconocida tradición izquierdista, y cuyo accionista mayoritario y principal responsable de la situación (Pedro Pablo Mansilla), es un promotor inmobiliario que ha ejercido altos cargos en el Partido Socialista Obrero Español. (Esta afirmación es sencillamente un deshogo propio de quien no tiene argumentos y pretende apoyarse en las actividades privadas de las personas para justificar una extravagante posición. Nosotros no vamos a hacer públicas ninguna inclinación personal de los que están ejerciando un derecho que, siendo legítimo, consideramos injustificado en todo punto).
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Sin otro particular, y esperando que con vuestro apoyo contribuya a normalizar esta situación, confiamos en poder seguir siendo parte de vuestra relación con los libros.
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Atentamente
Fdo.:

- Amelia Gómez Escolar
- Íñigo Jauregui Eguía
- Juan Sebastián Cárdenas
- Carlos García Simón
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Firmado: Librería Fuentetaja (Sus trabajadores, su gerente y los propietarios).
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Es interesante leer las aclaraciones de Mansilla porque confirma lo que me temía sobre su estilo y su capacidad empresarial. Deja sin embargo algunas incognitas sin despejar.
Aparte de su honrosa defensa de los trabajadores de más de 30 años, seguimos sin comprender cómo no se esfuerza un poco más para poner en marcha un negocio. La verdad es que no estamos hablando de un pequeño burgués luchando contra viento y marea por defender este pequeño negocio Este buen señor tiene la mayoría en 16 empresas y en una de ellas Cerce, consiguió unos beneficios de nueve millones en 2006. El propio espacio donde se ubica la librería es de su propiedad. Si el dinero, no es un impedimento y tiene interés real en hacer rentable Fuentetaja ¿Por qué no toma medidas para que se mueva?. Puede q