martes, 15 de diciembre de 2009

Autopsia

Hace unos días hojeaba El País mientras desayunaba y vi la noticia de que reabrían Fuentetaja. Muchos de vosotros habréis leído el artículo, uno más que se añade a la lista de las sucesivas reinaguraciones de la librería. El caso es que entonces me obligué a no aplazar más algo que Amelia, Carlos y yo debíamos a todos los que nos apoyásteis hace dos años; muchos no sabéis como terminó todo aquello, y en este blog no se dio cuenta de ello. En realidad, es responsabilidad nuestra no haberos informado, y los sentimos. Me perdonaréis que lo cuente ahora, aunque sea un poco tarde.

Después de dos meses de huelga, nos despidieron. Pasamos por dos juicios (que ganamos), y la empresa tuvo que readmitirnos. Mis amigos me preguntaban si sufríamos acoso laboral tras el reingreso; no, no se puede sufrir acoso cuando se vive en un campo de sombras sin vida aparente. Ni siquiera. Tanto les daba. A los dos meses, llegamos a un acuerdo con los nuevos compradores (hasta ahora no he sabido quienes era, y visto lo visto, mejor no haberlo sabido nunca) y nos fuimos. Debimos haberos tenido al tanto de todo esto, informaros paso a paso, pero andábamos muy justos de fuerzas; simplemente, no nos era ya posible, y quiero disculparme y agradeceros de nuevo el apoyo y el aliento que nos disteis.

Y voy a lo del artículo del otro día, y a la (enésima) reinaguración de la librería. En realidad, es una inauguración pura y dura. Fuentetaja murió hace aproximadamente diez años, y aunque su nombre haya sido utilizado a lo largo de todo este tiempo para dar un barniz cultural a algo que no lo es, no se puede resucitar a un muerto. Un muerto no se abre, no se debe abrir, más que para hacerle la autopsia. Y esa autopsia ya se hizo.

Nosotros, bien o mal, intentamos darle una última sacudida, a ver si salía del coma. Pero no.

Yo ya llevo tiempo dedicado a otras cosas, y pensaba dejar pasar todo este asunto por tanto hastío y tanto esfuerzo que costó (y a vosotros también). Pero me pareció que, aunque tarde, lo mínimo que os merecíais era saber que utilizar en vano y pervertir el nombre de la que la gente consideraba la mejor librería madrileña de los últimos cuarenta años (y sí que lo fue), que los periódicos amigos vuelvan a hablar de ella mientras lleva de cuerpo sepulto tantos años, mientras hacen la crónica social de la nueva fiesta a la que de nuevo acuden los amigos políticos y venden la ilusión de que la librería que conocían hace veinte años vuelve a la vida, a mí me parece demasiado obsceno. Los nuevos compradores son el mismo perro con distinto collar; y lo que se ha abierto no es Fuentetaja, es un negocio de hostelería a muchos euros el cubierto. Al propio artículo me remito (si El País les quería hacer un favor de amigo, flaco favor).

Suerte al nuevo bar-restaurante de diseño Fuentetaja. Ya se veía venir. Que vendan muchos soufflés a la Valle-Inclán y que la gente guapa disfrute degustando algún cóctel mientras hojea algún libro de los que están de moda en la Fnac. Lo siento por todos los que nos apoyasteis y queríais, como nosotros, otra cosa. Era mejor que la hubieran dejado descansar en paz. Pobre Fuentetaja, pobre.

Un abrazo inmenso a todos vosotros, mi admiración por lo que hicisteis y mi infinito agradecimiento. A muchos nunca os lo pude decir. Y sé que esto no se hace, pero quiero agradecer muy especialmente a Ana, a Fernando, a las Apasionantes, a Los Elkanos, a Javier Díez, a Nano, a Ángel Zapata, a Diego y Daniel Moreno, a César y a tantos que ahora olvido, a todos vosotros, todo vuestro apoyo y amor que hizo aquello posible.

Iñigo

jueves, 3 de diciembre de 2009

Fin de la primera temporada... pero, tranquilidad, la serie continúa

I.

Ha pasado mucho tiempo desde el final de la huelgecilla ésta. Mucho.

Los que estuvimos no hemos parado de recordarnos sitemáticamente la necesidad de contar en el blog cómo acabó la historia. Más que por que exista algún despistado que no se haya enterado del final del proceso y lo necesite saber (es difícil que exista alguien con expectativas y necesidades tan aburridas...), más que por eso, por una pequeña necesidad de cerrar étapa cerrando la historia. Pero cerrar una historia suele ser un modo de falsearla, de simplificarla; es más una necesidad que un evento.

Efectivamente, los jueces nos dieron la razón. Bien, pero la historia no acaba aquí. Las historias no acaban, el narrador es el que se cansa de contar.



II.

El que haya paseado por delante de Fuentetaja estos últimos meses habrá visto que han emprendido reformas. Lo anuncian en su web: "Debido a la realización de tareas de remodelación e inventario, Librería Fuentetaja permanecerá cerrada los próximos días. Disculpen las molestias".


Pedro Pablo Mansilla dejó Fuentetaja (suponemos que porque tendría en mente otro proyecto filantrópico más radical que el de una librería, quizá abrir otra constructora o, acaso, montar una pequeña Fundación para acoger a especuladores en bancarrota; pero son sólo suposiciones, igual sigue con la constructora de siempre...) y se quedaron al mando unos amigos suyos que provenían del no menos filantrópico sector de la hostelería. No sabemos mucho más de ellos, sólo que son dueños de la "Casa Palacio Atocha, 34" (como un segundo hogar para los innumerables sin techo de esta ciudad).

El caso es que, como deciamos, Fuentetaja volvió a entrar una vez más en reformas desafiando el record de reformas que ostentaba Álvarez del Manzano y por el que pugnaban únicamente, hasta el momento, tan sólo Esperanza Aguirre y Alberto Ruíz Gallardón.

Esta misma tarde han abierto (acaso ayer, tenemos mejores cosas que hacer que pasar por Fuentetaja). Y...



III.


¡Mierda! ¡Ahora resulta que de ser una librería ha pasado a ser un restarurante con libros! El restaurante tiene toda la pinta, por la decoración fina y la indumentaria negro servil que me llevan los camareros, de ser el típico sitio donde jamás encontrarás ni a un cura ni a un paleta. Si bien, en el trayecto hacia el restaurante sito en la primera planta, se siguen manteniendo libros.

La estructura de Fuentetaja es ahora así: en el sótano una especie de espacio de exposición, en la planta de entrada uan especie de librería y en la planta alta un restaurante fino con todas las de la laey.

Es cierto que la experiencia que hemos tenido como libreros (y no sólo en Fuentetaja) es que el libro y la cultura no son más que un modo de hacer más dulce y justificable el fluir del capital. Pero ahora el cinismo alcanza unas cotas dificilmente insuperables.

Efectivamente, el libro no ha dejado de ser, en Fuentataja (aunque no sólo), material simbólico para lavarle la cara al dinero, pero ahora, además se mezcla con el otro sector cultural con más poder blanqueador: el gastronómico. La pareja no es mala.

Luego, parece que todo ha cambiado, que están apostando por una reactivación. Ya. Pero no ha cambiado todo: los salarios y condiciones laborales de los libreros-camareros de Fuentetaja son los mismos (aprox. unos miserables setecientos y poco euros por 6 días a la semana en jornadas de 6 a 7 horas) y, una vez más, se utiliza la cultura para lucrar a individuos parasitarios.


Cambia el modo, pero no el fin. El cinismo del gestor (y del consumidor) de cultura es cada vez más espelucnante.

Una vez más, gana la banca.

Ya no podemos decir nada sobre Fuetetaja (quizá nunca lo pudimos decir), no es nuestro tema. Ahora les toca hablar de Fuentetaja a los teóricos del Monopoly.

Ha sido un placer. Y colorín, ha colado.



PD: Bueno, un sólo comentario más; porque lo del "1º Premio Librería Fuentetaja" no tiene precio. El caso es que, en la misma línea que deciamos, los cerebros del Restaurante Fuentetaja decidieron otorgar unos premios. Estos fueron los agraciados galardonados:

* 1. Por lo que representa en favor de los derechos humanos a escala universal Barak Hussein Obama
* 2. Por el conjunto de su obra en favor de la libertad Fernando Savater
* 3. Por el conjunto de su obra en favor de la literatura y los derechos humanos Juan Gellman
* 4. Por el conjunto de su actividad profesional a favor del derecho a la información libre y veraz Iñaki Gabilondo
* 5. Por el conjunto de su actividad a favor de la Justicia Carlos Castresana
* 6. Por el conjunto de su obra a favor de la música, la concordia y la paz Daniel Barenboim

Sin comentarios. Bueno, sólo uno: al parecer, el presidente Obama no pudo asistir a la ceremonia.

¡Este pais es la hostia!